Ya lo tenemos definitivamente demostrado. Salvo en San Fermín, cuando cualquier piltrafilla estadounidense que tenga una página web se puede acreditar como prensa... el resto del año, los webbers, bloggers y demás fauna internetera somos un cero a la izquierda para los gabinetes de comunicación. El último en demostrárnoslo ha sido el Servicio de Prensa del Ayuntamiento de Pamplona.
Tras conocer, gracias a un confidente, el presunto origen escocés de nuestras fuentes, decidimos que ya era hora de mandar un mail a nuestro insigne consistorio para pedirles la información de que dispusieran sobre las fuentes verdes. Cuándo se empezaron a colocar, de dónde sale el diseño, quién tiene la patente registrada... Vamos, preguntas normales, las 6W (y me llevo una) del periodismo.
El mail se mandó el 8 de diciembre. Al no darnos ni siquiera señales de vida dos días después (a la vuelta del puente), y para evitar que nuestro correo se perdiera entre la masa de papeles que puedan tener en su mesa los trabajadores, volvimos a escribirles pidiéndoles que, al menos, nos confirmaran que había llegado. Nada: parafraseando a la juventud de hoy, pasaron de nosotros como de la mierda. Es lo que tiene no ser un medio que pueda hacer pupa si lo tienes enfadado contra ti. Porque así, según parece, funcionan nuestras instituciones.
Pues nada: nosotros perseveraremos, y volveremos a mandar el mail correspondiente por los cauces habituales (otra vez). Pero si alguien conoce a quienes trabajan en el Servicio de Prensa, que le diga que nos hagan un poquito de caso. Aunque no sea Sanfermín y nosotros no vengamos de las antípodas. Únicamente, como decía la Milá, "queremos saber".
Tras conocer, gracias a un confidente, el presunto origen escocés de nuestras fuentes, decidimos que ya era hora de mandar un mail a nuestro insigne consistorio para pedirles la información de que dispusieran sobre las fuentes verdes. Cuándo se empezaron a colocar, de dónde sale el diseño, quién tiene la patente registrada... Vamos, preguntas normales, las 6W (y me llevo una) del periodismo.
El mail se mandó el 8 de diciembre. Al no darnos ni siquiera señales de vida dos días después (a la vuelta del puente), y para evitar que nuestro correo se perdiera entre la masa de papeles que puedan tener en su mesa los trabajadores, volvimos a escribirles pidiéndoles que, al menos, nos confirmaran que había llegado. Nada: parafraseando a la juventud de hoy, pasaron de nosotros como de la mierda. Es lo que tiene no ser un medio que pueda hacer pupa si lo tienes enfadado contra ti. Porque así, según parece, funcionan nuestras instituciones.
Pues nada: nosotros perseveraremos, y volveremos a mandar el mail correspondiente por los cauces habituales (otra vez). Pero si alguien conoce a quienes trabajan en el Servicio de Prensa, que le diga que nos hagan un poquito de caso. Aunque no sea Sanfermín y nosotros no vengamos de las antípodas. Únicamente, como decía la Milá, "queremos saber".
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